Más allá del estrés: abandono emocional por entornos deshumanizantes

junio 20, 2025

 

“La fatiga no proviene del trabajo, sino de la preocupación, la frustración y el resentimiento.”

— Dale Carnegie, autor de Cómo ganar amigos e influir sobre las personas

Cada vez más personas se sienten agotadas, vacías, sin motivación. En el lenguaje corporativo le llamamos "burnout", pero ¿y si el problema es más profundo?


Quizá no se trata de exceso de trabajo, sino de años de emociones ignoradas, vínculos rotos y una cultura laboral que exige resultados sin ofrecer humanidad.

¿Qué es realmente el burnout?

Sí, el burnout puede deberse a sobrecarga, falta de descanso o presión. Pero muchas veces, el verdadero origen está en el abandono emocional: jefes que no escuchan, empresas que no cuidan, culturas que no reconocen el cansancio humano.

Señales de abandono emocional sistemático:

La vulnerabilidad es vista como debilidad.

Las emociones no tienen espacio; solo importan los resultados.

Los líderes evitan conversaciones incómodas.

Se valora más “estar siempre disponible” que estar bien.

No hay reconocimiento emocional: ni por el esfuerzo ni por el desgaste.

 

¿Por qué esto desgasta más que la carga de trabajo?

Esto desgasta más que la carga de trabajo porque el cuerpo puede soportar la fatiga física, pero el alma se apaga cuando no encuentra sentido, conexión ni cuidado. Una persona puede sostener un ritmo intenso si lo hace desde el propósito, el reconocimiento y el acompañamiento humano. Sin embargo, cuando el esfuerzo se da en un entorno emocionalmente árido, donde no hay apoyo ni respeto, ese trabajo pierde sentido y se transforma en un agotamiento mucho más profundo: un agotamiento existencial.

 

¿Qué pueden hacer las organizaciones?

Reconocer el agotamiento emocional como un síntoma de la cultura, no solo del individuo. No basta con ofrecer yoga o días libres. Hay que revisar cómo se lidera y cómo se trata a las personas. Para lograr una transformación profunda de la cultura organizacional y reconocer el agotamiento emocional como síntoma de la cultura —no solo del individuo— es necesario ir mucho más allá de ofrecer soluciones superficiales como yoga o días libres. Se requiere un cambio estructural en la forma en que se lidera y se trata a las personas. Aquí te detallo los pasos y enfoques clave respaldados por la evidencia:

1.       Liderazgo empático y consciente. - Los líderes deben desarrollar habilidades de empatía, escucha activa y reconocimiento genuino de las necesidades emocionales de sus equipos. Un liderazgo empático no solo mejora el clima laboral, sino que también reduce el ausentismo y fortalece la confianza y la motivación.  La formación continua en competencias emocionales y en salud mental es esencial para que los líderes puedan identificar y abordar el agotamiento de manera efectiva.

2.       Comunicación abierta y bidireccional. - Fomentar espacios donde los empleados puedan expresar sus preocupaciones sin miedo a represalias es fundamental. La comunicación efectiva y la retroalimentación constante permiten detectar señales tempranas de desgaste y actuar a tiempo.

3.       Apoyo social y sentido de comunidad. - Crear sistemas de apoyo social dentro de la empresa, como grupos de apoyo, actividades de team building y programas de mentoría, fortalece las relaciones interpersonales y el sentido de pertenencia, factores clave para prevenir el agotamiento. Empresas exitosas han demostrado que un ambiente donde se fomenta la colaboración y el reconocimiento mutuo genera mayor resiliencia y menor rotación de personal.

4.       Revisión de prácticas y políticas organizacionales. - Es necesario revisar y ajustar las cargas de trabajo, los procesos de evaluación y las expectativas para asegurar que sean realistas y sostenibles. Establecer límites claros entre la vida laboral y personal, así como políticas de flexibilidad, ayuda a proteger el bienestar emocional de los empleados.

5.       Reconocimiento y valoración del trabajo. - Celebrar los logros y reconocer el esfuerzo de manera auténtica aumenta la motivación y el compromiso, y reduce la sensación de abandono emocional.

6.       Prevención y gestión del cambio. - La transformación cultural debe gestionarse considerando el impacto emocional del cambio en las personas. La fatiga del cambio ocurre cuando se imponen demasiadas transformaciones sin recursos ni espacios para procesarlas; por eso, es clave acompañar a los equipos y darles tiempo y apoyo para adaptarse.

 

Abordar el abandono emocional sistemático implica acciones concretas que vayan más allá del discurso. Es necesario formar líderes que acompañen emocionalmente a sus equipos, no solo supervisen tareas. Escuchar, validar y contener debe ser parte de su competencia básica. Además, abrir espacios reales de conversación donde se puedan expresar emociones, frustraciones y miedos sin temor a represalias, fortalece el vínculo humano dentro de las organizaciones. Revisar los valores y las prácticas cotidianas también es fundamental: lo que se premia, lo que se silencia y lo que se normaliza construyen (o destruyen) la cultura real. Finalmente, implementar herramientas como la evaluación 360° permite a los líderes recibir retroalimentación honesta sobre su estilo de gestión, mientras que monitorear regularmente el clima laboral mantiene el foco en el bienestar colectivo y en la mejora continua de la experiencia organizacional.

Por Rocío Burciaga desde la editorial de Aprendizaje Holístico Empresarial

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