Cuando el Miedo Se Topa con México
febrero 06, 2025
El miedo no llega como un estruendo, sino como un goteo constante. Al principio, apenas se nota: un discurso, una orden ejecutiva, una mirada fría en una negociación. Pero el líquido se filtra, se escurre por los poros de la sociedad, y antes de que te des cuenta, ya ha empapado todo.
Donald Trump siempre ha sabido usar el miedo (que Zigmunt Bauman denomina "miedo liquido") como herramienta. Lo moldea, lo destila en frases pegajosas, en amenazas disfrazadas de política. Con México, ha sido un veneno lento: primero los aranceles, luego la militarización de la frontera, después el fantasma del embargo. Pero el miedo líquido es insidioso. No busca destruir de inmediato, sino erosionar.
Sin embargo, lo que no entiende es que el mexicano ha aprendido a nadar en aguas turbulentas. Nos han querido quebrar antes, nos han subestimado una y otra vez. Pero el miedo solo es efectivo cuando se deja en la sombra. La clave está en la resistencia, en la unidad, en no dejar que el miedo defina nuestro destino.
El mexicano no se deja ahogar. Al miedo líquido, le respondemos con fuego: con creatividad, con trabajo, con la convicción de que nadie nos dicta lo que somos. Y cuando nos damos cuenta de eso, el miedo deja de tener poder.
No es demasiado tarde. Nunca lo será.
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